Reinventarnos. Que nada volverá a ser igual. Que nunca seremos los mismos. Y en lo local, asambleas aplazadas, problemas de convivencia, encierro, cuarentena, derechos, deberes, familias y amistades distantes.
Han pasado muchas cosas en los últimos meses. Y bastante complejas. Y muchos nos preguntamos qué podemos aprender de esta situación. Bueno aquí hay una invitación a la reflexión basados en tres elementos.

Es una situación mundial
A veces creemos que es difícil solo para nosotros. El mundo no había vivido nada similar en 100 años. Es una situación extrema. Nadie estaba completamente preparado. Y depende de todos ayudar a que sea mejor o peor.
No es solo mi casa. No es solo mi familia. No es solo mi conjunto. No es que “esto solo pasa en mi torre”. Estamos retados como humanidad a sacar lo mejor de nosotros. Y es que en situaciones críticas florece lo mejor y lo peor de nosotros. ¿A quién dejaremos brotar más? Pero también es fundamental entender que es algo que es de escala mundial. Que nadie se salva. Y que todos estamos buscando la mejor manera de lidiar con ello.

Tengo derecho a…
No tengo derecho a violentar a los demás. No tengo derecho a insultarlos. Pero tengo derecho a sentirme triste, preocupado, molesto. Es importante darles curso a las emociones. Sin atentar contra el otro. Lo que es particularmente difícil cuando se disminuyen los espacios y se amplían y reiteran las obligaciones. Y cuando se ve a las mismas personas siempre, a toda hora. Así sean las personas amadas. Así sean vecinos queridos.
Usted, su familia, su conjunto, su ciudad, su país, requieren alguien que sea capaz de mirarse al espejo, ver sus defectos y virtudes, sus equivocaciones y aciertos.
Mirarnos al espejo
Los culpables de lo mal que está el mundo son los otros. Son los vecinos los que dañan el conjunto. Siempre es el otro. Tenemos una incapacidad muy grande de reconocer nuestros errores. “Volteamos la torta” para echar la culpa a otros. Y tal vez no sea cuestión de culpas, sino de responsabilidades.
¿Qué tanto de lo que ocurre hoy en el mundo, en nuestro conjunto, es nuestra responsabilidad? ¡El administrador no sirve! ¡Ese consejo es de mentiras, no trabaja! Y yo, ¿en qué he ayudado a mi conjunto?. ¿Solo a pagar la cuota de administración? Bueno, si por lo menos lo hiciera siempre de manera cumplida. ¿Mis “fabulosas” ideas que transmito por WhatsApp han sido remitidas a quienes pueden ayudar a volverlas realidad? ¿O simplemente creo que las quejas harán que todo cambie? No. Los cambios necesitan de usted, de su autoevaluación serena y rigurosa, A que sea parte del cambio, de la solución. No del problema.
Usted, su familia, su conjunto, su ciudad, su país, requieren alguien que sea capaz de mirarse al espejo, ver sus defectos y virtudes, sus equivocaciones y aciertos. Requieren que se evalúe y siga adelante…

Claro que pueden existir muchos más elementos. Pero, aunque sean solo tres, estos elementos pueden convertirse en aprendizajes que perduren. Tal vez salga de esta situación crítica siendo una mejor persona. Tal vez logre en adelante ser más propositivo, reflexivo y consciente. Y si existe la posibilidad, ¿no valdría la pena intentarlo?
Usted mismo se lo agradecería, el mundo se lo agradecería.
Somos el mundo que forjamos. Somos las decisiones que tomamos.
Si no es en esta situación, entonces ¿cuándo?
¡No olvide que aquí estamos para compartir reflexiones relacionadas con la Propiedad Horizontal!
Un comentario en «Aprendizaje del Covid viviendo en Propiedad Horizontal»
la responsabilidad es la mejor opcion del ser humano .